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El Bosque de Secuoyas

La historia del bosque se remonta a los años 40 del siglo XX. Tiene una extensión de 2,5 hectáreas y cuenta con unos 850 ejemplares de Secuoyas de una altura media de 40 metros y un perímetro medio de los troncos de 2 metros. Se trata de un bosque de “secuoyas bebé”, ya que esta especie puede alcanzar más de 1.000 años y medir unos 115 metros de altura, como el ejemplar más alto con 115,55 metros llamado Hyperion, localizado en el Parque Nacional Redwood, al norte de San Francisco (California).

El bosque constituye un reducto de silencio y paz. Una red de senderos e itinerarios nos permite realizar pequeños recorridos y admirar su espectacularidad. El bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal ofrece un placentero paseo donde el silencio, la luz y el ambiente que crean estos gigantes, tiene algo de “mágico”. Cuenta con un recorrido adaptado para personas de movilidad reducida, aparcamientos, merendero y un mirador desde donde recrearnos con la majestuosidad de estos árboles,

La verticalidad de las secuoyas nos empequeñece y obliga a mirar hacia arriba, con asombrados ojos, buscando un cielo que parece que se nos escapa entre sus frondosas capas.

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